Arq. Ricardo Dan Díaz
Fachada y Academia
La Fachada como especialidad cae en el centro de la trifecta entre diseño arquitectónico, ingeniería civil y diseño industrial. Desde todas estas disciplinas y favorecida por un mercado internacional ávido y próspero, y por lo tanto también competitivo, ha evolucionado amplia y rápidamente. Pero, ¿Quién inculca los cánones? Se pensaría que las Universidades. Pero cuál.
¿Las Facultades de Arquitectura? Bien puede ser. El diseño arquitectónico actual, es libre hoy de diseñar sin restringirse tan rigurosamente a oclusiones en una masa estructural opaca. Las modulaciones canónicas de Fibonacci, mezcladas con la eficiencia de hoja de tal o cual material, los detalles constructivos y la libertad de colores durables y confiables. La ligereza de las fachadas les permite a los arquitectos lograr formas y voladizos que antes serían incosteables y hasta caprichosos. Si. Suena a que las Facultades de Arquitectura deberían de asumir esta enseñanza.
¿Las Facultades de Diseño Industrial? Por supuesto. Los diseñadores industriales son muy evolucionados en su representación gráfica de complejas piezas para motores de licuadoras tanto como de cohetes espaciales. Entienden más que muchos la importancia de dibujar en muchas vistas para explicar complejidades geométricas. Aprenden a calcular esfuerzos estructurales en piezas pequeñas. Su mundo ocurre en milímetros y no en metros. Igual que el de las fachadas. El diseño de una tuerca especial salva el diseño de toda una fachada tanto como la definición del desempeño energético de ella.
¿Las Facultades de Ingeniería Civil? Absolutamente. La fachada no solo tiene la obligación de ser auto-portante, sino que tiene que resistir cargas de viento, un barandal no solo tiene que estar ahí erigido, sino que tiene que resistir el peso de una persona, ya sea recargada o cayéndose, la vida de una persona depende de ese cálculo. Además hay valores agregados que un ingeniero civil puede aportar fácilmente, como un piso de vidrio, como una fachada anti-balas, como una fachada anti-ciclónica.
Pero los arquitectos, no necesitan saber de tornillos o de sulfuro de níquel para el resto de su praxis. Los diseñadores industriales no necesitan saber de espectrofotometría y percepciones de un lobby de doble-altura para su praxis. Los ingenieros civiles no necesitan saber de Fibonacci y antropometría para su praxis.
¿No será que la Ingeniería de Fachadas o Arquitectura de Fachadas o Diseño de Fachadas ya merece su propio plan de estudios? En el que se simula energía tanto como esfuerzos de elementos finitos, se representa en milímetros tanto como en kilómetros, se estudian los W/m2K tanto como la antropometría. Que un Arquitecto de Fachadas pueda bien dibujar con un lápiz o con un algoritmo de Grasshopper.
Hay muchos departamentos de Research & Development haciendo investigación a diseño por material, por país, por marca, por sistema, por regulación. Pero son producto-centristas. Es decir, los edificios se tienen que adaptar a ellos, no al revés. ¿Será que estamos presenciando el surgimiento de la figura del arquitecto de Fachadas que establezca armonía en esa orquesta?