Dentro de las miras a una arquitectura más resiliente, más resonante con las metas de ESG (Economía, Sociedad y Gobierno - gobernanza como prefiero llamarlo-) hemos de buscar cada vez más la certeza de que nuestra Arquitectura es rentable, da calidad de vida a la Sociedad (adentro y fuera de nuestros edificios) y que cumple con estándares de calidad. Y debemos de reducir los ciclos de aprendizaje por el proceso de ensayo y error, así como eliminar los riesgos de los (indispensables) errores que nos regresan al diseño, luego al ensayo y así.
El ensayo y error en el origen de la aviación
Saltemos al pasado un momento. Los diseñadores siempre han buscado desafiar el status quo, gracias a esa forma de ser, evolucionamos. Por ejemplo, cuando comenzó el sueño de volar del ser humano.
No salió a la primera, hubo bastantes fallas, muchísimas, y sólo de ellas fue aprendiéndose que no funcionaba si se movían alas de cuero; que tampoco funcionaba si pedaleaban los tripulantes, y mientras, destrucción tras destrucción. 2 minutos de ilusión, de esperanza de conquistar los cielos, y luego instantáneamente desastre y otros 10 meses de diseño, mucho dinero, luego construcción y todo para ver si “ahora sí” volarían. Éste ciclo se repitió mucho tiempo.
Los hermanos Wright son los vencedores en la carrera del ensayo y el error. Pero la gran valentía que tenían los llevó a lograrlo; después llegaron los ingenieros y buscaron entender por qué, cómo replicarlo, cómo hacerlo estandarizable; luego llegaron los inversionistas y vieron el gran modelo de negocio que sería hacerlo crecer como toda una prolífica industria, y todos lo lograron.
Pero las exigencias son tan altas actualmente, la responsabilidad es tanta, que seguir diseñando como lo hicieron los hermanos Wright, sería insostenible financieramente, y sería tremendamente irresponsable. Imaginémonos construir todo un avión de pasajeros, toda una flota, y luego ver que se despresuriza a medio vuelo; y tener qué desmantelarlos y re-ensamblarlos con lo que creemos, suponemos, sospechamos, quisiéramos que pasara.
Hoy el proceso es parecido, pero mucho más corto, porque modelamos en computadoras bastante más potentes cada vez, y lo más importante: simulamos.
Regresemos a la Arquitectura. Igual que en los aviones, los arquitectos diseñaban algo, y sólo hasta que fallaba (googlear: caso asbestos, plywood palace), se analizaba por qué. Esto es el equivalente a haber hecho aviones que aleteaban.
Y lo mismo igual que un f-117 nighthawk es simulado miles de veces antes de su primer vuelo de prueba, los edificios también los podemos simular miles de veces antes de su primer huracán, o de su primer sismo.
La era de la Arquitectura ESG
El proceso de ensayo y error en la era de la Arquitectura ESG, debe ser auditado por las simulaciones computarizadas, no por la naturaleza. Esa es la labor de nosotros los especialistas. No es responsabilidad de los diseñadores, que deben desafiar al estatus quo, atreverse, proponer. Ni de los constructores que deben enfocarse en producción, estandarización, variedad y calidad de productos. Son los ingenieros estructuristas, los de MEP, somos los de Ingeniería de Fachadas los que debemos saber qué va a pasarle a nuestros edificios cuando se enfrenten a las condiciones más desafiantes.
Hoy las sorpresas deben ocurrir en nuestras computadoras, en nuestras oficinas, donde podemos abandonar ideas y tomar nuevas decisiones a muy bajo precio. Los errores en la obra edificada deben ser tan nimios que han de servir sólo para depurar sistemas. Los éxitos en este proceso, nos deja arquitectura permanente, resiliente, responsable, que sólo habrá de renovarse por obsolescencia y jamás por destrucción inesperada.