Hay muy pocos consejos muy valiosos que pueden salir desde este bastión de la Ingeniería de Fachadas hasta el destino del quehacer arquitectónico. En medida que hemos ido ganando en importancia las especialidades arquitectónicas, igualmente ha aumentando el área de indulto para un diseñador de espacio arquitectónico. Creo que el consejo más valioso que puede enunciar el que suscribe, de todo lo que podría decir, sólo uno es: Recuerda los paños. Y es que, siguiendo el axioma aquél tan valioso de: planea para lo peor, espera lo mejor. La Fachada, vive feliz y en armonía en medida que se asuma esa ley universal.
La fachada suele preconcebirse en diseño conceptual con un espesor nulo, casi como una hoja de papel, o como los 6mm nominales del espesor de vidrio más básico, y desde un punto de vista meramente delimitativo del espacio contenido y su membrana continente podría ser suficiente, pero el principio Pretium (ver el post de utilitas,venustas, firmitas… pretium) vuelve a exigir voltear a ver el interés comercial pragmático y cero soñador al que debe servir la Arquitectura si quiere verse a sí misma edificada.
Hay un paño mínimo interior, en donde el inversionista está pagando predial o rentando y ganando dinero en función directa de los metros cuadrados utilizables.
También hay un paño máximo exterior en donde El Municipio y su ordenamiento y alineamiento urbano mandan. Traspasar esa línea imaginaria, deviene en una innecesaria y dolorosa monserga de litigios y multas, lágrimas y lamentos.
En ese sandwich se encuentra muchas veces la imprecisa preconcepción de la dimensión de la fachada. Entre el “quiero más metros cuadrados” y el “no quiero problemas con El Municipio”.
Al final, la construcción manda, y los sistemas constructivos acaban exigiendo sus dimensiones verdaderas, y por lo general con lamentos y todo, se acaba por resolver el sacrificio hacia la frontera interior, porque pelear contra El Municipio, pues no lo queremos nadie. Pero descuiden, que si han llegado hasta este punto de lectura, les puedo confiar una saludable regla general.
Para sistemas de mamposteo, no hay mucho problema porque ocurren del borde de losa hacia adentro. Para sistemas de muro cortina, o de fachada ventilada, preconcíbase siempre una tolerancia de 6” (sí, pulgadas) para desarrollo de sistema completo contadas a partir de la barrera impermeable, y no habrá lágrimas más adelante.
Preconcebida tal tolerancia, busquen al ingeniero de fachadas de su preferencia, idealmente al que suscribe; y sólo vendrán buenas noticias y sonrisas en las soluciones de paños.
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